lunes, 25 de junio de 2012

"Las cooperativas del puerto fueron usadas para exención de impuestos"

Artículo publicado en el Diario "La Capital" de Mar del Plata. El 23/06/12.




 El especialista en temas laborales portuarios, doctor Eduardo Colobig, salió en defensa de las cooperativas como herramienta en favor de los trabajadores y fustigó a los empresarios que aprovecharon esta figura para obtener beneficios como la exención de impuestos. "Las cooperativas de trabajo del Puerto son una buena herramienta, pero como se aplicaron para evitar pagar cargas sociales con trabajadores en relación de dependencia y lograr exención de impuestos, entre otros motivos, quedaron desvirtuadas con respecto a su propia finalidad y hoy hay una gran cantidad de juicios contra ellas por fraude laboral". De esta forma, el doctor Juan Rubén Colobig se refirió a uno de los temas más conflictivos del puerto. El profesional que de sus 35 años de ejercicio de la abogacía, 30 los hizo ligado a gremios de esa zona de la ciudad, como el Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP), donde fue asesor letrado entre 1978 y 2000, ofreció recientemente, en el Colegio de Abogados de Mar del Plata, una conferencia sobre el régimen laboral en las organizaciones del sector portuario. Si bien su disertación tuvo un sentido más técnico y dirigido a abogados, en diálogo con LA CAPITAL, Colobig no eludió trazar un panorama de la actual situación socio-económica y política por la que atraviesa el Puerto local. Comenzó diciendo que "el conflicto pesquero es muy amplio, porque tiene un sinfín de factores que lo provocan, aunque pareciera que en este momento se circunscribiera al personal embarcado y una puja de intereses entre el Simape y el SOMU, quedando en el medio los marineros o personal embarcado". La situación excede lo salarial "A mi modo de ver- prosiguió-, la situación de crisis generada excede lo meramente salarial que no es poca cosa. Es por sobre todo una cuestión intersindical y en el que entran a jugar parámetros gubernamentales". Y puntualizó: "Si fuera un problema de porcentualidad entre lo que piden los trabajadores y lo que ofrece la patronal, no estarían muy lejos. Los separa una diferencia de un 6 %, que es perfectamente salvable en una transacción entre ambos sectores. Digamos que la problemática hay que buscarla en otros intereses". "Pero de por sí el solo conflicto de los marineros produce un efecto dominó, porque si no se pesca, las empresas procesadoras no tienen pescado y entonces así queda afectado el personal de tierra y, principalmente, el sector de fileteros agrupado en el SOIP. A ello, hay que sumar el comercio, que al no contar con materia prima, como es el caso de las pescaderías, no puede abrir sus puertas. De allí que este tema, de seguir, ampliará su espectro y alcanzará a casi todos los sectores, sino a todos". El tema de las cooperativas En su explicación, Colobig dedicó gran parte a hablar de las citadas cooperativas. Al respecto recordó que su aparición y auge se produjo en los 90. "Fue una época en la que hubo una profunda crisis y quebraron grandes empresas portuarias, produciendo un colapso social de grandes dimensiones. La mano de obra que quedó en la calle no fue recuperada de forma inmediata. Entonces, algunos frigoríficos que sobrevivieron a este fuerte embate económico, acudieron a la figura de la cooperativa de trabajo como una salvación en esa coyuntura", precisó. Y continuó: "Es claro que desde el punto de vista jurídico existe una ley que regula la actividad estableciendo los requisitos que deben ser cumplidos para constituir y poner en funcionamiento una de estas cooperativas. El tema es que fue mal instrumentada, porque algunos empresarios privilegiaron más su afán de lucro inmediato, sobre la base de exenciones impositivas; la comisión velada de fraude laboral (con supuestos socios que en realidad eran trabajadores en relación de dependencia); evitar el pago de indemnizaciones y otras ventajas que conformar una entidad que trajera beneficios para todos sus integrantes". Seguidamente, sostuvo: "Digamos que se trataba de una buena herramienta que resultó mal utilizada. Si se hubiera hecho de forma correcta, se habría potenciado y hoy tendríamos cooperativas florecientes y quizás menos conflictos. Así, en la actualidad, la gente oye hablar de cooperativas del Puerto y si tiene conciencia de lo que sucedió, las ve con cierto recelo. De hecho, hay muy pocas de estas entidades que están conformadas con el espíritu cooperativo de ayuda mutua y esfuerzo en común". Y agregó que "las cooperativas en su mayoría son filiales de empresas que realizan la misma tarea, pero con empleados en relación de dependencia. Además, las cooperativas no comercializan sus productos, sino que los envían a las empresas madres para hacerlo en el mercado local, enviar al resto del país o para exportar".

2 comentarios:

miguel duque dijo...

es muy dificil implementar desde la necesidad la creacion de cooperativas donde sus asociados se unan por el vinculo y la esencia cooperativa.por lo general ocurre que una vez superada la necesidad, el espiritu cooperativo entre los asociados desaparece, y prima la idea de salvarse individualmente. por otra parte se conforma una persecucion ideologica entre el Ministerio de trabajo y las cooperativas (que no fueron creadas desde el gobierno) atendiendo a las exigencias del sindicalismo, que ve a las cooperativas como un enemigo y no como un aliado necesario para organizar y orientar la cultura del trabajo entre sus miembros.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Coincido Miguel; ya lo hemos hablado bastante el tema. Es esa contradicción del cooperativismo como idea solidaria "injertado" en una sociedad individualista. El socio (en este caso por necesidad)es individualista, y el componente solidario es muy débil frente a las presiones, inclusive de lo que usted menciona de otras organizaciones que ven como competidor al cooperativista en lugar de un aliado.