lunes, 14 de mayo de 2012

La práctica de la democracia en las instituciones democráticas

Una de las instituciones mas democráticas que el hombre ha creado (casi la democrática por antonomasia) es la Cooperativa. Desde sus inicios en 1844 sus fundadores impusieron una serie de reglas, que a lo largo de los años han sufrido algunas modificaciones pero todas ellas más de forma que de fondo. Sin embargo, una de ellas, la primera, se ha mantenido inalterable a través de los años. "Un socio, un voto". Independientemente del capital aportado por ese socio a la entidad, su ascendiente social en el medio, su antigüedad como socio, o cualquier otra prerrogativa que se nos pueda ocurrir. Esto garantiza la igualdad de oportunidades al momento de cumplir el deber y ejercer el derecho a conducir la marcha de la sociedad desde el lugar que le corresponda, ya sea el de asociado que concurre a la Asamblea (que dicho sea de paso, es el órgano máximo de conducción de la Cooperativa al cual está subordinado el Consejo de Administración, que solo se encarga de cumplir lo dispuesto por la Asamblea, a la cual debe rendir cuentas) o el de integrante de ese Consejo de Administración. Cuando a uno se le da por preguntar a los dirigentes Cooperativistas sobre su opinión con respecto a las reelecciones en general, las respuestas, también en general, son unánimes y en esencia apuntan a su limitación en el tiempo ya que lo contrario atenta contra la renovación democrática. Nada que objetar, salvo que ellos siempre se refieren al poder político, y no se refieren a las propias instituciones de las que son parte. Vemos muchas (casi demasiadas) cooperativas con dirigentes que llevan muchos años en el mismo cargo, y donde la renovación brilla por su ausencia. No hace mucho me tocó entrevistar al Presidente de una Cooperativa que se sentía muy orgulloso por el homenaje que le habían hecho por cumplir 25 años como Presidente... No está mal, pero, en 25 años ¿no se fue formando gente apta para conducir la entidad? ¿Cuál fue el trabajo institucional de formación de nuevos cuadros directivos? ¿La Dirigencia Cooperativa alienta a los socios a formar parte activa de la conducción de la entidad? La palabra capacitación se usa muy a menudo, y con el tiempo uno se empieza a preguntar por los resultados de tanta capacitación. ¿Capacitación para qué? Porque si vemos que en una cooperativa de dos mil socios, a la asamblea van 15 o 20 de los cuales once forman parte del Consejo, deberíamos preguntarnos a quien capacitamos y para que lo capacitamos, ya que ni siquiera logramos llegar con el mensaje primario de que la Asamblea es la que analiza la marcha del negocio de todos, y ordena el rumbo que se debe seguir hasta la próxima asamblea. Yo creo que debemos plantearnos que es lo que estamos haciendo. La Cooperativa es un esfuerzo colectivo, a contramano de una sociedad donde prima lo individual, y los constituyentes de las cooperativas son individualistas. Esto no es ni bueno ni malo. Es la realidad y nada más. Seguiremos

No hay comentarios: